En cada Navidad, las ciudades, sus calles, tiendas y
centros comerciales se llenan de colores, llamativas iluminaciones y
espectaculares decoraciones. Los comercios y, por qué no, también el resto de
organizaciones aprovechan el espíritu navideño de regalos, ilusión y
generosidad para crear diferentes de eventos, promociones y espectáculos que
inviten a consumir o que causen una buena imagen de la compañía.
Las empresas suelen emplear distintos tipos de acciones navideñas según su
finalidad. Por un lado están las acciones dirigidas a los clientes y cuyo
objetivo es suscitar e incentivar la demanda de productos, como las
promociones, animaciones, decoraciones y espectáculos especiales con temática
navideña.
Por otro las destinadas a los propios empleados de la compañía y cuya
intención es crear un buen ambiente y una buena imagen de la organización entre
el público interno, como las fiestas de empresas, cenas o incentivos.
Ambos tipos de eventos tienen algo en común y es que deben prepararse con
antelación y no subestimar ni menospreciar su importancia. Es fundamental
organizarlos con tiempo y no dejarlos para el último momento.
Las empresas deben tener en cuenta que se debe dedicar un tiempo extra para
su preparación y que podría resultar más costoso de lo esperado si no se
planifica con tiempo.
Ya no es suficiente preparar una cena o una fiesta de empresa en un buen
restaurante u hotel, o en el caso de las promociones utilizar la típica
decoración navideña, ahora hay que innovar para sorprender, y superar la acción
del año anterior con el propósito de que se convierta en una costumbre esperada
por todos cada año.
Conseguir este tiempo necesario para la creación del evento en estas fechas
supone un esfuerzo extra, de tiempo y, en muchas ocasiones económico. Para
optimizar estos dos recursos tan importantes y escasos en las empresas, como
son tiempo y dinero existimos agencias especializadas, que se nos dedicamos a
la conceptualización y realización del evento deseado.
En las agencias tenemos en cuenta todos los elementos necesarios y muchos
más detalles imprescindibles, que para una empresa no especializada o alguien
sin tiempo, pasarían desapercibidos, pero que son los que marcan la diferencia,
aportan la originalidad y hacen que el evento sea como el cliente espera y
consiga su objetivo final.
Paula Marina